¿Porqué es tan compleja la situación de la pirotecnia en México?
¿Porqué es tan compleja la situación de la pirotecnia en México?
July 14, 2014 0 Comments

Por: Alejandro Mantecó[email protected]

Jaime Méndez Huerta murió hoy. Jaime tenía de 25 años de edad y murió a consecuencia de quemaduras que sufrió al explotar el taller de pirotécnica donde laboraba.

El 30 de junio explotó el taller en San Hipólito Xochiltenango, junta auxiliar de Tepeaca en Puebla.

Jaime no es la única historia de este tipo que sucede en México sino una tragedia continua que enluta a muchas familias y nos llena de dolor.

La industria pirotécnica en México es un verdadero laberinto con cambios poco previsibles a corto plazo. La actividad, bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional, se basa en una ley obsoleta con grandes vacíos y con un enfoque meramente restrictivo donde el tema de la seguridad, la competitividad, la calidad o la eficiencia son palabras o conceptos inexistentes.

Bajo esta ley, que restringe la participación directa de empresas y personas extranjeras en la actividad, los pirotécnicos mexicanos tienen que cumplir con una larga serie de requisitos e información para obtener el permiso para su trabajo. El trámite, sin tiempo de respuesta oficial o formal por parte delGobierno de México, es un extraordinario ejemplo de ineficiencia, de burocracia y de la ocasión para estimular la corrupción en las distintas entidades por las que deben obtenerse permisos y autorizaciones intermedias requeridos para completar la gestión militar.

Pero estos aspectos, los de una ley obsoleta y los trámites absolutamente ineficientes con un componente de corrupción a lo largo de la cadena de su proceso no parecen importar al gobierno de México. Dando como resultado un delicado efecto de indefensión y un alto costo para el pirotécnico que además tiene que realizar los trámites tanto en el municipio donde se asentará su actividad, como en el estado y se verá obligado a viajar personalmente a la Cd de México, un número indeterminado de veces durante un periodo de tiempo no establecido) para obtener tan sólo el permiso para iniciar su trabajo. Un periplo que puede durar un año y no existe ninguna garantía de éxito.

Para mantener vigente su permiso el pirotécnico deberá atender una serie de controles y emitir una serie de información de manera sistemática y permanente incluyendo inspecciones de distintas entidades destacándose la Secretaría de la Defensa Nacional y Protección Civil y de manera ocasional la Secretaria del Trabajo y el Seguro Social quienes en teoría deberían verificar que las condiciones de seguridad de las instalaciones, de los equipos y la capacitación del personal se apegue a las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) en materia de seguridad. Sin embargo esto es sólo teoría. En términos reales el pirotécnico nunca tiene una capacitación o apoyo por parte de estas entidades así como rara vez se ejecuta una sanción administrativa por la carencia de medidas de seguridad laboral. La ineficacia de las inspecciones es patente así como la corrupción que se deriva de las mismas. Suponer que un agente de Protección Civil auxiliará a un pirotécnico orientándolo para que acuda al INADEM o aCONACYT para obtener apoyos financieros para mejorar sus conocimientos y tecnología es impensable. Promover una serie de laboratorios que verifiquen las características de calidad de las materias primas (con crítica variabilidad en sus características) que son adquiridas por los talleres de las distintas localidades que se han especializado en el país no es un objetivo alguno para ninguna autoridad. Capacitar en el uso de fórmulas o en la certificación de un sistema de gestión de calidad no es prioridad de ningún gobernador de ningún estado ni tampoco de Protección Civil.

Así cuando los accidentes suceden las entidades del gobierno mexicano buscan un culpable y criminalizar la falla en lugar de analizar a fondo el incidente y desarrollar soluciones reales y responsables.

Y mientras tanto cada mes hay personas que mueren como consecuencia de este doloso vacío.

Fuente: http://hablemosbien.wordpress.com

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